Catorce meses de prisión por acoso laboral

14.03.2024

El Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza ha condenado a dos mujeres a catorce meses de prisión por un delito de acoso laboral cometido contra una trabajadora durante años y a indemnizar a la víctima con 40.000 euros por los perjuicios sufridos, siendo responsable civil subsidiaria la empresa,

Dice el juzgado que queda demostrado que las dos acusadas, superiores jerárquicas de la víctima, "no solo actuaron conjuntamente, sino de forma individual, consiguiendo el trato vejatorio continuo a la trabajadora".

Como consecuencia de tal abuso, en la actualidad la trabajadora se encuentra diagnosticada de trastorno depresivo mayor crónico y trastorno depresivo persistente.

El Juzgado de lo Penal ha tenido en cuenta "el prevalimiento de su superioridad jerárquica y el trato hostil y humillante, junto a un acoso muy sutil que se venía practicando, como la exageración de sus errores; evaluaciones y valoraciones negativas de su rendimiento; o comentarios ante terceros sobre el incumplimiento de algunas de sus tareas; sobrecarga de trabajo; plazos excesivamente cortos; tareas en exceso; y control de trabajo con presión indebida.

Cuando las acusadas obtuvieron puestos de mayor responsabilidad por encima de la víctima la trasladaron a una nueva planta en la que estaba ella solo como ingeniera al cargo y funcionamiento de 70 máquinas, cuando en la otra planta de la empresa había 7 ingenieros para 114 máquinas.

Le impusieron un archivo de ladrones de tiempo para comprobar cómo invertía el tiempo de trabajo, alegando éstas que no cumplía con sus funciones y era lenta, por lo que le exigieron que reportara todo lo que hacía en su tiempo de trabajo, todos los días.

Tenía que reportar el tiempo que invertía en reuniones de trabajo; las interrupciones y pausas; si iba al servicio; con quién hablaba; los Skype que tuviera; etc. Siendo la única trabajadora de toda la empresa que tenía que hacer este archivo de ladrones de tiempo y sin que estuviera acreditado que tuviera un bajo rendimiento ni que la empresa le diera aviso previo por este motivo. Además, esta obligación de reportar todo lo que hacía provocó que sus compañeros no quisieran hablar con ella porque no querían aparecer en el archivo de ladrones de tiempo.

Esta sentencia también sirve para abrir la conciencia de cómo deben actuar o qué es lo que deben evitar las empresas cuando un trabajador pide auxilio. Pues en el presente caso, pese a que la trabajadora puso los hechos en conocimiento de los distintos departamentos de la empresa, no hicieron nada para poner fin a la situación de acoso que existía.